En una actualidad castigada por la crisis económica, son cada vez más las personas que no pueden asumir sus deudas. De repente ven que asuntos que se tenían controlados se tuercen y el capital ahorrado y los ingresos disminuyen, mientras que los pagos habituales siguen adelante.

Estos problemas financieros provocan que mucha gente tenga que recurrir a declararse insolvente. Se trata de algo por lo que a nadie le gusta pasar, pero ante una desestabilización económica personal, la única salida pasa por declararse insolvente.

¿Qué es declararse insolvente en España?

Se define como persona insolvente la que encuentra imposible afrontar sus deudas y ante la situación de no tener dinero para hacer frente a gastos y obligaciones de pago, decide acogerse al artículo 2 de la Ley22/2003.

Para poder considerar a alguien como insolvente, es necesario que pruebe que carece de liquidez, siendo el pasivo mayor que el activo entrante. En España puede declararse insolvente cualquier persona física o jurídica, ya sean trabajadores por cuenta propia o ajena, empresarios, empresas y autónomos.

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Requisitos para poder declararse insolvente en España

El primer requisito para que una persona pueda declararse insolvente es que no haya cumplido la cancelación de dos o más pagos hacia dos o más acreedores en plazo mayor a 90 días o cuando pesen sobre él una o dos demandas de cobro judicial.

Las obligaciones atrasadas deben ser de al menos la mitad de la deuda total. Esto ha de ser certificado por dos o más acreedores que sumen más de la mitad del monto total de la deuda. Si se trata de una empresa o un trabajador autónomo habrá de cumplir unos requisitos:

La deuda acumulada no puede ascender a más de 5 millones de euros.
No puede existir una sentencia en firme contra la persona que pide la declaración de insolvencia en los diez años anteriores, por delitos referentes a la Seguridad Social, falsedad documental o sentencias relacionadas con la Hacienda Pública.

Recordemos que la insolvencia no se trata de una táctica para lograr que las deudas sean canceladas ni para evitar afrontar las obligaciones financieras, si no que es una forma alternativa para mitigar momentáneamente una muy mala situación financiera.

Insolvente

Pasos a seguir para declararse insolvente en España

El primer paso sería ir al Juzgado Mercantil y pedir la solicitud para declaración de insolvencia. En ese lugar le pedirán la documentación que pruebe que la mala situación financiera es cierta y de carácter irreversible a medio o largo plazo.

Después de presentar rellenada toda la documentación requerida, un juez decidirá si esta es válida y sirve para demostrar la insolvencia de la persona que la solicita y se inicia un proceso por el cual se empieza a regular la situación del deudor.

El Administrador Concursal intentará negociar las deudas presentadas y llegar a un acuerdo de plazos y aplazamientos. Una vez termine el periodo establecido y aprobada la insolvencia, se pararán los intereses que se estuviesen sumando.

Ventajas y desventajas de declararse insolvente

Para particulares, empresarios y autónomos, poder acogerse al condicionante y a la Ley de Segunda oportunidad. Negociación para una posible reducción de deuda y juicio para poder eliminarla al 100%. Salida de la lista de morosos, evitando todo los perjuicios que ello conlleva, como, por ejemplo, contratar una línea de teléfono.

Las desventajas de declararse insolvente pasan por saber que solo las deudas bancarias entran en ese proceso. También serán un inconveniente los costos de un abogado asesor, de necesitarlo, y muchas veces el desconocimiento de los trámites a seguir por el solicitante, complican y retrasan el proceso.